miércoles, 5 de diciembre de 2012

Adiós a doña perfecta



Circula por internet un panfleto titulado “Monólogo de una mujer moderna” que con un estilo irónico y jocoso viene a poner sobre la mesa las muchísimas incomodidades, problemas, agravios y pérdidas que la llamada “liberación de la mujer” ha acarreado para las féminas. Viene a ser algo así como “pero qué hemos ganado con esto del feminismo si ahora trabajamos como burras y encima tenemos que encargarnos de todo lo de antes y además parecer estrellas de cine”. Y sí, aparentemente las conquistas femeninas han supuesto algunas cargas. Pero si leemos con atención el mensaje parece que la mujer sometida sólo tuviera ventajas: mantenida, sin trabajar y todo el día a su libre disposición. Sí, sí, qué bonito. También muchos esclavos cuando se abolió la esclavitud estaban en contra porque a partir de entonces tenían que buscarse la vida por sí mismos. Es lo que tiene convertirse en un sujeto, que hay que responsabilizarse de la propia vida. Creo que la denominada “liberación femenina” tiene un innegable componente colectivo: reivindicar los derechos que todavía no se tienen, pedir reformas de las leyes cuando sea necesario, reclamar la equiparación salarial, el acceso a los puestos de dirección…et. etc.  todo lo que cualquier movimiento social se plantea como objetivos a alcanzar. Pero el camino de la libertad tiene también un intransferible componente personal que cada mujer debe hacer individualmente. Y no es un proceso fácil. Es una evolución que transcurre en el interior, que hay que trabajar por dentro porque ser un sujeto es el resultado de afrontar la existencia sin muletas. No quiere decir sin ayuda, no. Todos necesitamos la ayuda de alguien. Pero sí que para asumirse como sujeto hace falta experimentar una transformación interna que nos permita por ejemplo poder dar, pero también recibir; poner límites a las personas con las que convivimos, sea pareja o hijos, exigir un nuevo reparto de las tareas familiares, negociar casi todo, no pretender ser doña perfecta, delegar responsabilidades, confiar en que los demás pueden hacer las cosas tan bien como nosotras, dejar de querer satisfacer las expectativas ajenas.  Dejar de ser la princesa a la que el héroe rescata para convertirse en heroína de la propia vida requiere renunciar a muchas cosas, enfrentarse con la incertidumbre, con los peligros de la existencia, experimentar, quizá, la soledad. No es posible convertirse en un sujeto sin provocar cambios en nuestro entorno, sin afectar nuestra manera de vivir, sin adoptar nuevas formas 
de relación, sin saber quienes sómos ni lo que queremos de verdad. No basta con adquirir derechos. La vida es un camino personal que hay que transitar a veces sola, a veces en compañía. Descubrir cuál es nuestro camino y seguirlo: esa es la auténtica libertad.

Bueno, pues no entiendo porke es mucho más común ke se juzgue, menos precie y saboteé al Feminismo y sus logros y ke NO se haga lo mismo con el sistema de trabajo asalariado, ke por cierto hace siglos se descubrió ke solo le sirve al Sistema Capitalista. Por ke no nos cuestionamos el ke tengamos ke salir todos los dias a currar abandonando nuestras vidas. Kejas de ke ahora tienen ke currar tanto fuera como dentro de casa, a mi me hace pensar...¿es ke ahora ke trabajáis fuera de casa no tenéis repartidas las tareas del hogar ke "TODXS" compartís? es ke lo cierto es ke yo pienso ke eso no lo crea el Feminismo, si no el Patriarcado. Ese ke kiere explotarnos tanto en el campo del hogar como en los curros externos. Entonces, en resumen creo ke esos reproches se deberian de hacer al Patriarcado y al Sistema Capitalista, en ningún caso a las Feminismo.

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